miércoles, 20 de febrero de 2008

La edad de acero, no del hierro

hierro. El término "edad de hierro" es bastante confuso, ya que el hierro en sí no es un metal muy utilizable. Sólo sustituyó al bronce cuando los antiguos herreros descubrieron el sistema para endurecerlo; a partir de entonces, fue el metal preferido para hacer herramientas, armas y otros objetos que requerían la combinación de dureza, durabilidad y posibilidad de dotarlos de un filo o una punta. Aristóteles y Teofrasto, que vivieron en la Grecia del siglo Iv a.
JC., hablan de "acero" y no de "hierro". No obstante, todo el proceso de transformación del hierro en un metal utilizable evolucionó totalmente al margen de las reglas químicas y metalúrgicas inherentes al mismo. La principal mena que se empleaba para la extracción del hierro era la hematites; la pirita se usaba poco debido a la enorme toxicidad de sus residuos sulfúricos. Estrabón y Plinio el Viejo describen el método de cocción (oxidación) de la mena en horno de tierra, pero la cocción en horno alto (reducción) era más eficaz, se podían fundir mayores cantidades de mena y era más idóneo. Casi todas las fundiciones recurrían a los dos tipos de horno y producían "barras" con escoria. Estas barras se recalentaban por encima de la temperatura de fusión y se les difundía carbono a partir del carbón martilleándolas (forja), con lo que se eliminaba gran parte de la escoria contaminante, aunque los acerados antiguos siempre contenían algo de escoria. Los herreros romanos eran muy diestros en las técnicas de templado y cementación (con esta última se difundía más cantidad de carbono en el hierro).
Todos estos procedimientos modificaban las características básicas del acero carbonado de distinta manera, obteniéndose hierros adecuados a los diversos propósitos: navajas, hojas de espadas, cuchillos, hachas, sierras, gubias, escoplos, clavos, escarpias, etc. Tan apreciados eran los hierros adecuados para los filos, que los buenos filos cortantes se soldaban (los romanos conocían dos métodos de soldadura: por presión y por fusión) a una base más barata.
Sin embargo, el filo de la espada romana era totalmente de acero y muy cortante; se obtenía templándolo a unos 280 grados centígrados. (Los lectores que tengan edad para haber conocido los cuchillos o machetes de acero carbonado no inoxidable, recordarán con añoranza en estos tiempos del acero inoxidable cómo cortaban; pues esos filos eran muy similares a los de la época romana.) Se conocían y se empleaban universalmente las tenazas, yunques, martillos, fuelles, crisoles, ladrillos refractarios y las demás herramientas del oficio de herrero.
Muchas de las antiguas teorías eran erróneas, pues se creía, por ejemplo, que la naturaleza del líquido que se utilizaba para templar afectaba al proceso, y nadie sabía que el hecho de que el hierro que se extraía en Noricum produjese tan magnífico acero se debía al reducido contenido en manganeso no contaminado por fósforo, arsénico o azufre.

El primer objeto de hierro se encuentra en una tumba del oasis del Nilo de hace 5.000 años, es portanto anterior a los útiles de cobre y mucho más del bronce.
Los siguientes datos sobre el hierro, aparecen en el karum que los comerciantes asirio tenían en la ciudad de Nesa (Ciudad Kanesh) que estaba gobernada por el rey Pitana mientras su hijo Anitas era "el grande de la escalera", los reyes de esta dinastía fueron expulsados de Kanesh y se refugiaron en la ciudad de Hatusas, más conocida como la capital del Imperio Hitita.
Los datos de los comerciantes indican que una unidad de peso hierro equivalía al valor de 5 unidades de oro y veinte unidades de plata, estos precios se explican por la escases de hierro puro en la superficie terrestre porque el contamiento oxigeno lo convierte en oxido de hierro, los únicos que no se han oxidado son los que proceden de lugares donde no existe el oxígeno, es decir del espacio, es hierro meteórico. Este origen celeste le concedía propiedades mágicas y que coadyudan a explicar su elevado precio. con la escases, el coste y la mágia hacian del hierro solo utilizado como joya y, si el bronce era la aleación de la aristocracia, el hierro el metal de la realeza. El objeto más famoso de esta época era un puñal de hierro que estaba sobre el corazon de Tutamkamon.
Para que el hierro se convirtiera en un metal democratico al alcance de todo el mundo, y pudiera sustituir a las herramiento¡as de piedra y a los utiles de bronce, se necesitaron dos pasos importantes.
1.- había que conseguir grandes cantidades de hierro utilizable, despojando a estos minerales del oxígeno.
2.- Como los objetos de hierro tebían menor duración que los objetos de bronce y además erán menos duros que la aleación de cobre y estaño (los pobres utilizaban sucedaneos como el arsénico) esto se lograba al igual que con el cobre por la aleación de otro elemento en este caso concreto el carbono, por lo tanto el carburo de hierro es muchísimo más duro que el bronce y además se puede afilar. De este filo viene el nombre romano de acero.
En el Meditarráneo la expansión de esta tecnología dependió de los comerciantes tirios, mientras que en el bárbaro interior lo recibio de segunda mano a través de los centros de Halftad, riquisimo centro porque producía el oro blanco, la imprescindible sal, y de La Tène.

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