domingo, 9 de agosto de 2015

LA IMPORTANCIA DE LA IZQUIERDA EN LA DEMOCRACIA ESPAÑOLA


Partiendo de la base de que ningún proyecto es perfecto y todo es susceptible de ser mejorado.

En mi opinión el sistema democrático en general es uno de los mejores métodos de los que el ser humano se ha dotado para elegir a nuestros representantes y a los dirigentes de un país, dentro de este sistema el republicanismo, le da la posibilidad al ciudadano de poder elegir todos los cargos representativos.

Ahora bien y partiendo de este principio, creo que la frase que escribió en 1917 Thomas Mann en su libro "Confesiones de un apolítico", de esto hace ya casi 100 años, está plenamente vigente y nos debe hacer reflexionar sobre la situación actual:

 

“Todo Conservadurismo es apolítico, no cree en la Política,

Cosa que sólo hace el progresista.

Sólo hay un tipo genuino de político:

Y lo es el Revolucionario occidental”

 

Europa que ha sido la cuna de las mayores atrocidades contra el ser humano, donde la vecindad no ha tenido otro significado más allá de ser “la guarida del enemigo o del diferente”, donde esa diferencia ha sido utilizada por unos y por otros, para fines poco claros.

Después de la II Guerra Mundial y tras años de desconfianza y recelos, se consigue iniciar un proyecto ilusionante y novedoso, de ahí que mi intelecto no logre entender ese desapego que se ha generado entorno a Europa y a sus instituciones europeas.

Desconozco lo que pasa en otras partes de Europa, pero en España, desde que tenemos democracia, hace relativamente poco tiempo menos de 40 años, cuando ha mandado la derecha esa frase continua estando muy vigente.

Solo tenemos que mirar con un poco de detenimiento a nuestro alrededor para darnos cuenta de cómo los partidos conservadores, con más o menos sutileza,  tienen muy claro el camino a seguir, con la ayuda de los medios de comunicación como siempre afines al capital, estos partidos se preocupan de crear un clima social de miedo, desconfianza y opacidad, aspectos que le faciliten el control casi absoluto, por parte de esas minorías económicas y elitistas.

Hagámonos las preguntas que pongan sobre la mesa la situación de crisis actual:

  • ¿Quién se ha beneficiado de la especulación y de los sobrecostes en las infraestructuras?
  • ¿Quién tiene y mantiene cuentas en paraísos fiscales?
  • ¿Quiénes son los mayores defraudadores fiscales y los que se han beneficiado de las amnistías fiscales?

Ellos esos “españoles de pro” pocos y escogidos, SI las grandes corporaciones empresariales, esos empresarios modélicos que siempre han defendido a España, esos son los que se han beneficiado de la burbuja especulativa, esos son los que han provocado con su avaricia el colapso económico, que amenaza nuestro sistema del bienestar todavía demasiado precario, esos que han creado, agrandado y fomentado el problema, efectivamente la derecha española, pero tranquilidad que se trata de grandes personas, gente de orden y de ir a misa, esos son los que ahora nos dan las soluciones sociedad.

Nos dicen “ES QUE HABEIS ESTADO VIVIENDO POR ENCIMA DE VUESTRAS POSIBILIDADES”, pero ahora que nos hemos dado cuenta vamos a solucionarlo, pero todos tendremos que hacer sacrificios, nosotros dejaremos de ganar dinero, nuestros beneficios, que los tendremos, serán un poco menores y a vosotros primero os recortaremos los salarios, después perderéis vuestro trabajo y además recortaremos el estado del bienestar para que sea sostenible. Alguien pensaba que los recortes en sanidad, educación, ley de dependencia y derechos sociales en general eran una casualidad.

Otra consecuencia que en un primer momento no se aprecia, es la desafección de la ciudadanía por los partidos, los sindicatos y por las instituciones, que lleva a los ciudadanos en general a posiciones individualistas y maximalistas, unos al “no nos representan” sobretodo sino uno no vota, otros al mantra de los “neoliberales” cuanto menos impuestos, mayor calidad de vida, para que lo tengan estos y se lo gasten en lo que sea, lo tengo yo y me lo gasto en lo que me apetece.

Creo que es conveniente volver a enunciar el primer párrafo “Partiendo de la base de que ningún proyecto es perfecto y todo es susceptible de ser mejorado” para defender la necesidad de los partidos políticos, los sindicatos y las instituciones tanto locales, autonómicas, nacionales o europeas.

Es mi visión de estado y defiendo:

  • La diversidad, frente la uniformidad.
  • El derecho, frente a la fuerza.
  • La democracia, frente a la opresión.

En fin en mis ideales prima la razón, aspiro a la utopía, y estoy en desacuerdo con los dogmas.

Volvamos a analizar estos 40 años de democracia en España, y veremos cómo han sido los partidos políticos progresistas de izquierdas, los que más han defendido y respetado:

  • Los derechos de la ciudadanía.
  • Los que han aglutinado a los distintos nacionalismos, en un fin común.
  • La pluralidad ideológica.
  • La solidaridad entre los pueblos.
  • La igualdad entre las personas.
  • Los que han favorecido el estado del bienestar.
  • La riqueza lingüística y la diversidad cultural.
  • El laicismo del estado desde una concepción multireligiosa.

Todo ello sin importar la cuna o la cuenta corriente.

Un estado ha de ser fuerte para poder enfrentarse en igualdad de condiciones a lo que ahora denominan mercados, que no es otra cosa que los monopolios, oligopolios, de siempre, y los fondos de inversión que nadie sabe demasiado bien quién está detrás de ellos, pero que intentan controlar y manipular la voluntad de los ciudadanos y de los estados, ser fuerte no quiere decir centralista o absolutista.

El estado debe ser fuerte desde la unión de sus ciudadanos y pueblos, a través del respeto a su diversidad política, cultural, económica o de sexo, a la vez que la ciudadanía lo debe legitimar en las urnas y el estado debe responder ante la ciudadanía.

Por todo esto defiendo que la mejor manera de respetar la voluntad plural de la ciudadanía es a través de los partidos políticos, los sindicatos y las instituciones del estado y son los partidos progresistas de izquierdas los que mejor han sabido adaptarse y defender estos principios de igualdad y solidaridad. 

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