Partiendo de la base de
que ningún proyecto es perfecto y todo es susceptible de ser mejorado.
En mi opinión el sistema
democrático en general es uno de los mejores métodos de los que el ser humano
se ha dotado para elegir a nuestros representantes y a los dirigentes de un
país, dentro de este sistema el republicanismo, le da la posibilidad al
ciudadano de poder elegir todos los cargos representativos.
Ahora bien y partiendo de
este principio, creo que la frase que escribió en 1917 Thomas Mann en su libro
"Confesiones de un apolítico", de esto hace ya casi 100 años, está
plenamente vigente y nos debe hacer reflexionar sobre la situación actual:
“Todo Conservadurismo es apolítico, no cree en la Política,
Cosa que sólo hace el progresista.
Sólo hay un tipo genuino de político:
Y lo es el Revolucionario occidental”
Europa que ha sido la cuna
de las mayores atrocidades contra el ser humano, donde la vecindad no ha tenido
otro significado más allá de ser “la guarida del enemigo o del diferente”,
donde esa diferencia ha sido utilizada por unos y por otros, para fines poco
claros.
Después de la II Guerra
Mundial y tras años de desconfianza y recelos, se consigue iniciar un proyecto
ilusionante y novedoso, de ahí que mi intelecto no logre entender ese desapego que
se ha generado entorno a Europa y a sus instituciones europeas.
Desconozco lo que pasa en
otras partes de Europa, pero en España, desde que tenemos democracia, hace
relativamente poco tiempo menos de 40 años, cuando ha mandado la derecha esa
frase continua estando muy vigente.
Solo tenemos que mirar con
un poco de detenimiento a nuestro alrededor para darnos cuenta de cómo los
partidos conservadores, con más o menos sutileza, tienen muy claro el camino a seguir, con la
ayuda de los medios de comunicación como siempre afines al capital, estos
partidos se preocupan de crear un clima social de miedo, desconfianza y opacidad,
aspectos que le faciliten el control casi absoluto, por parte de esas minorías
económicas y elitistas.
Hagámonos las preguntas
que pongan sobre la mesa la situación de crisis actual:
¿Quién se ha beneficiado de la especulación y de los sobrecostes
en las infraestructuras?
¿Quién tiene y mantiene cuentas en paraísos fiscales?
¿Quiénes son los mayores defraudadores fiscales y los que se han
beneficiado de las amnistías fiscales?
Ellos esos “españoles de
pro” pocos y escogidos, SI las grandes corporaciones empresariales, esos
empresarios modélicos que siempre han defendido a España, esos son los que se han
beneficiado de la burbuja especulativa, esos son los que han provocado con su
avaricia el colapso económico, que amenaza nuestro sistema del bienestar
todavía demasiado precario, esos que han creado, agrandado y fomentado el
problema, efectivamente la derecha española, pero tranquilidad que se trata de
grandes personas, gente de orden y de ir a misa, esos son los que ahora nos dan
las soluciones sociedad.
Nos dicen “ES QUE HABEIS
ESTADO VIVIENDO POR ENCIMA DE VUESTRAS POSIBILIDADES”, pero ahora que nos hemos
dado cuenta vamos a solucionarlo, pero todos tendremos que hacer sacrificios,
nosotros dejaremos de ganar dinero, nuestros beneficios, que los tendremos,
serán un poco menores y a vosotros primero os recortaremos los salarios, después
perderéis vuestro trabajo y además recortaremos el estado del bienestar para
que sea sostenible. Alguien pensaba que los recortes en sanidad, educación, ley
de dependencia y derechos sociales en general eran una casualidad.
Otra consecuencia que en
un primer momento no se aprecia, es la desafección de la ciudadanía por los
partidos, los sindicatos y por las instituciones, que lleva a los ciudadanos en
general a posiciones individualistas y maximalistas, unos al “no nos representan”
sobretodo sino uno no vota, otros al mantra de los “neoliberales” cuanto menos
impuestos, mayor calidad de vida, para que lo tengan estos y se lo gasten en lo
que sea, lo tengo yo y me lo gasto en lo que me apetece.
Creo que es conveniente
volver a enunciar el primer párrafo “Partiendo de la base de que ningún
proyecto es perfecto y todo es susceptible de ser mejorado” para defender la
necesidad de los partidos políticos, los sindicatos y las instituciones tanto locales,
autonómicas, nacionales o europeas.
Es mi visión de estado y defiendo:
La diversidad, frente la uniformidad.
El derecho, frente a la fuerza.
La democracia, frente a la opresión.
En fin en mis ideales prima la razón,
aspiro a la utopía, y estoy en desacuerdo con los dogmas.
Volvamos a analizar estos
40 años de democracia en España, y veremos cómo han sido los partidos políticos
progresistas de izquierdas, los que más han defendido y respetado:
Los derechos de la ciudadanía.
Los que han aglutinado a los distintos nacionalismos, en un fin
común.
La pluralidad ideológica.
La solidaridad entre los pueblos.
La igualdad entre las personas.
Los que han favorecido el estado del bienestar.
La riqueza lingüística y la diversidad cultural.
El laicismo del estado desde una concepción multireligiosa.
Todo ello sin importar la
cuna o la cuenta corriente.
Un estado ha de ser fuerte
para poder enfrentarse en igualdad de condiciones a lo que ahora denominan
mercados, que no es otra cosa que los monopolios, oligopolios, de siempre, y los
fondos de inversión que nadie sabe demasiado bien quién está detrás de ellos,
pero que intentan controlar y manipular la voluntad de los ciudadanos y de los
estados, ser fuerte no quiere decir centralista o absolutista.
El estado debe ser fuerte
desde la unión de sus ciudadanos y pueblos, a través del respeto a su
diversidad política, cultural, económica o de sexo, a la vez que la ciudadanía lo
debe legitimar en las urnas y el estado debe responder ante la ciudadanía.
Por todo esto defiendo que
la mejor manera de respetar la voluntad plural de la ciudadanía es a través de
los partidos políticos, los sindicatos y las instituciones del estado y son los
partidos progresistas de izquierdas los que mejor han sabido adaptarse y defender
estos principios de igualdad y solidaridad.